Los cambios hormonales afectan a tu cabello.

Dicen que el ser humano es la máquina más perfecta que existe, porque todo el organismo está rigurosamente conectado y cada integrante tiene una función concreta. Podríamos compararlo con el equipo de trabajo perfecto, donde todos los miembros reman en la misma dirección y no hay cabida para improvisaciones o individualidades. ¿Por qué? Muy sencillo, la más mínima variación puede producir un desequilibrio que afecte a todo el cuerpo ¡incluido tu pelo!

Si notas que se te cae más el cabello, tienes menos densidad, está apagado o seco, puede ser que las hormonas están volviendo a hacer de las suyas… El bienestar físico y psicológico depende en gran medida de ellas ya que son las encargadas de regular la mayor parte del sistema. El embarazo, la menopausia, el estrés, son factores que pueden afectar a tu cabello, así que es mejor asumirlo ¡somos perfectamente imperfectos!


Algunos síntomas

Más fino

Si tienes la sensación de que tu coleta ha perdido grosor puede ser porque estás sufriendo un cambio hormonal. Por ejemplo, con la menopausia la disminución de los estrógenos provoca que el pelo pierda densidad. Contraataca con productos y peinados que aporten volumen a tu cabello.

Más seco

Un síntoma que notarás también en tu piel. El pelo se vuelve frágil y quebradizo dando lugar a las puntas abiertas y al encrespamiento. Combátelo con tratamientos hidratantes, que aporten el agua y los nutrientes que tu cabello necesita.  

 

Sin brillo

Un pelo apagado puede ser un indicativo de que algo está cambiando en tu cuerpo. Los aceites y sérums se convertirán en tu mejor aliado.

Se engrasa con facilidad

Si a pesar de que te lavas constantemente la cabeza tu cuero cabelludo sigue produciendo una molesta grasa ¡échale la culpa a las hormonas! Es un signo propio del ciclo menstrual, un periodo en el que los niveles de progesterona se disparan. Utiliza champús y acondicionadores muy ligeros, que limpien en profundidad y no aporten peso a tu cabello. 

 

Pérdida de cabello

Seguramente sea una de las señales de alarma más llamativas. Si notas que pierdes aproximadamente 100 cabellos al día ¡consulta con un especialista!

 


Observa y actúa

 

Tiende a lo natural

No nos cansaremos de repetirlo, los ingredientes naturales son tu mejor aliado. Cuidan tu cuero cabelludo, combaten el exceso de grasa y caspa, estimulan la actividad celular y previenen la sequedad.

Cambia tu rutina capilar

Puede ser que tus tratamientos no sean los más adecuados si llevas un tiempo con ellos y no notas ninguna mejoría. Utiliza productos que aporten la vitalidad y los nutrientes que tu pelo necesita y evita los peinados tirantes o el uso de secadores, tenacillas y planchas. 

 

Dieta equilibrada

La alimentación, como casi siempre, juega un papel fundamental en la prevención de la caída del cabello. Frutas, hortalizas, legumbres o cereales son productos básicos que no deben faltar en tu día a día. Pon especial atención en aquellos ricos en vitaminas A, B, C y B12, minerales como el hierro, zinc, magnesio y calcio, ácido fólico, proteínas y omega 3. En tu lista de la compra no pueden faltar las naranjas, pomelos, zanahorias, kiwis, espinacas, brócoli, alcachofas, pescado azul, como el salmón, sardinas o trucha, y frutos secos.

Relax

El estrés es un factor que incrementa la caída del cabello y puede desequilibrar tus hormonas. Haz deporte a diario, relájate y duerme 8 horas al día ¡tu cuerpo te lo agradecerá!

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Dicen que el ser humano es la máquina más perfecta que existe, porque todo el organismo está rigurosamente conectado y cada integrante tiene una función concreta. Podríamos compararlo con el equipo de trabajo perfecto, donde todos los miembros reman en la misma dirección y no hay cabida para improvisaciones o individualidades. ¿Por qué? Muy sencillo, la más mínima variación puede producir un desequilibrio que afecte a todo el cuerpo ¡incluido tu pelo!

Si notas que se te cae más el cabello, tienes menos densidad, está apagado o seco, puede ser que las hormonas están volviendo a hacer de las suyas… El bienestar físico y psicológico depende en gran medida de ellas ya que son las encargadas de regular la mayor parte del sistema. El embarazo, la menopausia, el estrés, son factores que pueden afectar a tu cabello, así que es mejor asumirlo ¡somos perfectamente imperfectos!


Algunos síntomas

Más fino

Si tienes la sensación de que tu coleta ha perdido grosor puede ser porque estás sufriendo un cambio hormonal. Por ejemplo, con la menopausia la disminución de los estrógenos provoca que el pelo pierda densidad. Contraataca con productos y peinados que aporten volumen a tu cabello.

Más seco

Un síntoma que notarás también en tu piel. El pelo se vuelve frágil y quebradizo dando lugar a las puntas abiertas y al encrespamiento. Combátelo con tratamientos hidratantes, que aporten el agua y los nutrientes que tu cabello necesita.  

 

Sin brillo

Un pelo apagado puede ser un indicativo de que algo está cambiando en tu cuerpo. Los aceites y sérums se convertirán en tu mejor aliado.

Se engrasa con facilidad

Si a pesar de que te lavas constantemente la cabeza tu cuero cabelludo sigue produciendo una molesta grasa ¡échale la culpa a las hormonas! Es un signo propio del ciclo menstrual, un periodo en el que los niveles de progesterona se disparan. Utiliza champús y acondicionadores muy ligeros, que limpien en profundidad y no aporten peso a tu cabello. 

 

Pérdida de cabello

Seguramente sea una de las señales de alarma más llamativas. Si notas que pierdes aproximadamente 100 cabellos al día ¡consulta con un especialista!

 


Observa y actúa

 

Tiende a lo natural

No nos cansaremos de repetirlo, los ingredientes naturales son tu mejor aliado. Cuidan tu cuero cabelludo, combaten el exceso de grasa y caspa, estimulan la actividad celular y previenen la sequedad.

Cambia tu rutina capilar

Puede ser que tus tratamientos no sean los más adecuados si llevas un tiempo con ellos y no notas ninguna mejoría. Utiliza productos que aporten la vitalidad y los nutrientes que tu pelo necesita y evita los peinados tirantes o el uso de secadores, tenacillas y planchas. 

 

Dieta equilibrada

La alimentación, como casi siempre, juega un papel fundamental en la prevención de la caída del cabello. Frutas, hortalizas, legumbres o cereales son productos básicos que no deben faltar en tu día a día. Pon especial atención en aquellos ricos en vitaminas A, B, C y B12, minerales como el hierro, zinc, magnesio y calcio, ácido fólico, proteínas y omega 3. En tu lista de la compra no pueden faltar las naranjas, pomelos, zanahorias, kiwis, espinacas, brócoli, alcachofas, pescado azul, como el salmón, sardinas o trucha, y frutos secos.

Relax

El estrés es un factor que incrementa la caída del cabello y puede desequilibrar tus hormonas. Haz deporte a diario, relájate y duerme 8 horas al día ¡tu cuerpo te lo agradecerá!

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