Densidad capilar ¿qué debes tener en cuenta?

Ver pelos de más en el cepillo suele ser motivo de nervios. Da igual si eres hombre o mujer, a nadie le gusta perder cabello, pero ¡no te alarmes! que se te caiga no significa que te vayas a quedar calvo. Normalmente en las cabezas, además de muchos pensamientos dando vueltas, hay entre 80.000 a 150.000 pelos, pero esta densidad dependerá de diferentes factores como el género, la etnia o el color.

Para que te hagas una idea, lo normal es perder entre 50 y 80 cabellos diarios aunque esta cifra variará según la fase del cabello en la que te encuentres. Y si ahora te estás preguntando a qué nos referimos con fase… ¡no te preocupes! lo desvelamos a continuación, así que sigue leyendo.

Diferencias entre volumen y densidad

La primera lección que queremos compartir es que no se debe confundir el volumen con la densidad. Mientras el primero hace referencia a la cantidad de cabello que ocupa un espacio, el segundo tiene que ver con la cantidad de pelo que tienes en una determinada zona de la cabeza. El volumen se puede maximizar con productos específicos que aporten cuerpo o con peinados concretos que generen sensación de voluminosidad como cardados, moños o bucles muy definidos. Además, aquellas personas con pelo rizado u ondulado suelen tener más volumen que aquellas con pelo liso que deben dedicar más tiempo y esfuerzos a generar esta sensación.

 

En cuanto a la densidad capilar varía a lo largo de la vida. No siempre nos sentimos igual y hay circunstancias como el estrés, la alimentación, la genética y los cambios hormonales o de estación que pueden influir en la caída del pelo.

Fases del cabello: 

También debes saber que tu melena tiene ciclos ¡te los contamos!

  • Fase de crecimiento o anágena: Esta es nuestra etapa preferida porque el pelo crece sin parar. En esta fase el bulbo piloso comienza a generar células que permitirán al tallo emerger. Suele durar entre 2 y 6 años y cuanto más tiempo permanezcas en esta fase más largo lo tendrás.

  • Fase de transición o catágena: Entras en una etapa de transición en la que el crecimiento se ralentiza. Dura entre dos y cuatro semanas para dar lugar a la posterior caída del cabello.

  • Fase de caída o telógena: Es la etapa final, en la que el pelo deja de crecer y comienza a caerse, pero ¡no os preocupéis! porque tras esta fase llega la mejor parte ¡el pelo vuelve a crecer!

Tipos de densidad:

Según la cantidad de pelo que tengas en cada centímetro de tu cabeza puedes clasificarlo como:

Densidad baja: Existen en tu cabeza zonas claramente despobladas. Si es tu caso puedes intentar potenciar el volumen de tu melena con productos específicos y muy ligeros que disimulen tu escasa densidad. También puedes valorar un buen corte de pelo que te ayude a minimizar esta sensación.

Densidad media: Es tu caso si cuando abres la raíz puedes percibir ligeramente el cuero cabelludo. No se podría decir que tienes poco pelo pero tampoco en exceso. Los tratamientos específicos como acabar el peinado con un leave-in o potenciadores ligeros pueden ayudar a crear sensación de densidad en tu cabello.

Densidad alta: Es complicado ver el cuero cabelludo porque hay tanto pelo que te tapa la vista. En este caso puedes utilizar productos más pesados para domar tu cabello y sobre todo el encrespamiento ¡que te va a hacer falta!

¿Cómo medir la densidad?

Existen un par de trucos muy eficaces para medir tu densidad capilar sin tener que acudir a un especialista y ¡vamos a compartirlos con vosotros! El primero de todos es recoger tu pelo en una coleta y medir la circunferencia. Si es menor a 5 cm tendrás una densidad baja, si es mayor, media, y si supera los 8 cm, alta.

Otra forma de valorar tu densidad capilar es observando el cuero cabelludo. Si al abrir la raíz puedes ver claramente la piel tu densidad será baja, si no aprecias mucha claridad tendrás una densidad media y si prácticamente no percibes la raíz tu densidad será alta.

Buenos hábitos para aumentar la densidad

Reducir el estrés

Las prisas no son buenas y el estrés menos. ¡Te entendemos! el día a día te come. Te faltan horas para realizar todas las tareas que tienes planeadas, pero lo mejor que puedes hacer es parar unos segundos y tomarte un respiro. Recuerda cuando vayas a 1.000 revoluciones que te aumenta el nivel de cortisol, una hormona relacionada directamente con la caída del cabello. Nada es tan importante como tú, así que relájate, tu pelo te agradecerá y tú también. Además, otro consejo es que practiques deporte a diario que te ayudará a reducir el estrés, oxigena el cuero cabelludo y, por lo tanto, favorece el crecimiento del cabello.

Buena alimentación

Una dieta sana y equilibrada que aporte nutrientes esenciales puede ayudarte a mejorar la densidad del pelo. Aguacates, frutos secos, legumbres o los huevos son solo algunos alimentos ricos en biotina, una vitamina encargada de fortalecer el folículo piloso y que mejore la calidad de tu cabello. Si aún no los has incluído en tu menú ¡ya sabes!

Descanso diario

Dormir adecuadamente favorece la salud capilar. Descansar correctamente regenera tu organismo y esto incluye a tu cabello. Si no quieres notar cómo tu pelo se debilita intenta dormir regularmente entre 7 u 8 horas diarias ¡te levantarás como nuevo!

Utiliza productos adecuados para tu tipo de cabello

Las personas con densidad baja requieren productos ligeros y naturales que aporten volumen a tu pelo y nutrientes a tu cuero cabelludo que ayuden a regenerar el tallo. Existen ciertos productos en el mercado que pueden afectar negativamente a esta densidad y otros mucho más amigables con tu cabello como la gama Mondo de Morae’a, que solo contiene ingredientes naturales que te ayudarán a mantener tu pelo suave, brillante y sano durante más tiempo.

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